Es frecuente que cuando nos planteamos la compra de un vehículo familiar topamos con que uno de los modelos preseleccionados es un coche adoptado en masa por los taxistas, más información aquí. Esto tiene una doble lectura que nos puede acercar o alejar de la toma de decisión final de compra. En primer lugar, el que sea un modelo frecuente mente usado como taxi nos da una idea de que es un coche fiable, porque los taxistas cada día que el coche está parado es un día que no cobran. Pero por otra parte y desde el punto de vista meramente estético, a nadie le gusta que confundan su coche con un taxi. Esto desde luego tiene fácil solución y es pedir el coche en un color diferente del color de los taxis de nuestra ciudad.
Los taxistas siempre han sido un gremio bastante homogéneo en cuanto al vehículo que han decidido usar. Hasta hace unos años y fundamentalmente en la ciudad de Madrid, se acumulaban en las paradas los Skoda Octavia, hasta el punto de que era extraño encontrar otros modelos de taxis circulando. Se trata de un coche robusto, económico, con un motor fiable que llegaba frecuentemente a los 600.000 kilómetros y su consumo también se encontraba entre los mejores de su gama.
Los híbridos entran con fuerza.
Pero de unos años acá han irrumpido con fuerza los vehículos híbridos y dentro de estos destaca sobre todos los demás el Toyota Prius. Hoy en día más de la mitad de los nuevos taxis compran este modelo y si no se hace en mayor medida es porque el fabricante ha establecido unas cuotas máximas.
El Prius gana por goleada a otros modelos en consumo (unos 5 litros/100km por ciudad). La principal razón es que a menos de 50 km/h el vehículo se mueve propulsado por el motor eléctrico que para el frecuente parar y arrancar de la conducción en ciudad, es mucho más eficiente. Además el coste de mantenimiento es menor y por si fuera poco la marca ofrece una ampliación de garantía hasta los 8 años o 160.000 km que suponen un alivio para estos profesionales del coche.
La comodidad de marcha es inmejorable, aceleraciones uniformes, sin los tirones típicos de los motores de explosión . El único pero que se le puede poner es que el maletero no es tan amplio como el de otros modelos y tiene unos acabados demasiado de batalla, se notan demasiado los plásticos en el interior. Todavía en las ciudades, debemos acostumbrarnos a este tipo de vehículos porque este vehículo se desplaza por la ciudad en silencio y el conductor debe tener esto presente en zonas muy concurridas porque alguien puede intentar cruzar la calle “de oído” y llevarnos un susto, por tanto se acabó lo de cruzar sin mirar.
El futuro pasa por los eléctricos
Un modelo que se está haciendo con gran parte del mercado del taxi en otras ciudades como por ejemplo en Nueva York, es el Nissan NV200 y su modelo completamente eléctrico. Es un coche a medio camino entre la berlina y la furgoneta que permite transportar a 6 pasajeros además del conductor, con lo que de este modo se evita en muchos casos el pedir 2 taxis y así conseguir un precio por persona más reducido. Además se trata de un modelo fabricado en la Zona Franca de Barcelona con lo que estaríamos contribuyendo a su vez a dar trabajo en la península.
Por tanto y a modo de resumen, escoger como vehículo particular un modelo típico de taxi será sin duda un acierto sobre todo si el uso que vamos a darle va a ser intensivo y además por ciudad gran parte de los kilómetros.
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